Imagen extraida del blog Dulce Crianza
Con
motivo de la celebración del día Mundial del Sueño Feliz el próximo domingo me
apetece publicar un post sobre la evolución del sueño de mi niña colgante y como hemos tratado de hacerlo para que
sufriera lo menos posible.
Desde
que nació padeció un síndrome muy extraño del que no sabíamos su existencia
hasta la primera noche que pasamos en casa. El Síndrome de la cuna con pinchos,
dígase cuna, minicuna, moisés. Ninguno
le gustaba y era intentarlo y ponerse a llorar desconsoladamente. Al ser muy bebé teníamos el miedo común de
toda madre primeriza de aplastarla y decidimos coger el colchón de la cuna y
ponerlo en la tarima que rodea nuestra cama junto a mí, cada vez que se
despertaba la tenía cerca para darle el pecho y todos tan contentos. Fueron
siete meses muy felices hasta que empezó a reptar y pegarse cabezazos en todo
lo que pillaba.
Vaya
yo que creía que los niños los acostabas cerraban los ojos y a dormir del tirón
toda la noche y sin moverse, pues no la realidad es otra. Alguien debería contarnos
otra historia que luego no estamos preparadas, eso niños de las amigas y
familiares que comen, duermen y cagan y nunca lloran. Mi niña debía ser un
extraterrestre.
Intentamos
hacia esa época que durmiera en su cuna dentro de nuestra habitación pero nada,
seguíamos con el síndrome así que durante muchos meses la cuna fue un
estupendísimo armario para la ropa, para eso sí que sirven estos inventos.
Luego
vino una etapa difícil para mí, que no para mi niña los inicios del colecho fueron
complicados, sin apenas sitio, muchas tomas nocturnas, despertarte con una
pierna en la boca o porqué te has caído de la cama pero poco a poco fuimos amoldándonos
toda la familia a la situación hasta el punto de echar de menos echar una
siesta sin mi hija o abrir los ojos y no ver su carilla.
Hacia
los dos años y aprovechando que hacía varios meses que había reducido tomas
nocturnas decidimos comprarle una cama para su habitación, sí estáis leyendo bien en dos años no tenía cama y porqué,
porque no la necesitaba.
Aproveché
el irme a esta cama para iniciar el destete nocturno, mi estado de salud y nervios
por las noches no era el más óptimo y prefería destetar antes de pagarlo con mi
hija.
La
dormía en la cama de matrimonio junto a su padre, le contaba cuentos, le daba
besos, abrazos le decía lo mucho que la quería y una vez dormida a la otra
cama. Si se despertaba de noche la atendía con mucho amor aunque muchas noches
al despertar veía a su papi cerca y se volvía a dormir.
He
tenido mucha ayuda en esta etapa de Desiré del blog Duermefelizsinllorar, ella
me ayudó a instaurar una serie de hábitos y rutinas que nunca había aplicado
hasta el momento y a dormir a la niña sin la teta cosa totalmente desconocida
para mí. Muchas gracias por tu paciencia Desiré.
Hace
unas cuantas semanas cuando nos íbamos a dormir a la cama grande como ella la
llama me dijo quiero dormir en la cama de Hello Kitty y yo accedí de buen grado
aunque sorprendidísima. Su papi la echó mucho de menos a partir de ese momento y
lo pasó muy mal.
Fueron
momentos complicados porque durante los despertares se sentía asustada y a
veces lloraba aunque yo fuera a su lado a consolarla, tenía miedos y al parecer
alguna que otra pesadilla pero ella lo había pedido y había que respetar su
decisión.
Ahora va
alternando cama de Hello Kitty con cama grande y duerme dónde le place, como le
place y con quien le place.
Lo
fundamental es que en estos dos años y medio y en el futuro no se nos ha pasado
por la cabeza dejarla llorar para que se duerma por agotamiento, exhausta o
resignada a que nadie va a ir atenderla, no hemos sustituido nuestra presencia
por un peluche y que hemos hecho oídos sordos a los comentarios que nos decían
que no lo estábamos haciendo bien y fíjate tú no tiene 18 y ya duerme muchas
noches en su cama.
Probablemente
a los 18 preferirá dormir con un tío buenorro que con su padre y su madre pero seguro
que recordará nuestras noches los tres juntos con mucho cariño y no esas noches
que lloraba cuando tenía una pesadilla, estaba enferma o no podía dormir y
nadie acudía a consolarla porque algún pediatra, neurólogo, psicólogo,
libro o programa de televisión así lo recomendaban.
6 comentarios:
Me ha encantado tú post!!
Yo no veo la hora de que Sandra duerma sola en su cama, ya que duerme conmigo todas las noches y es su padre el que duerme en la cama de Sandra, vamos como dicen todos los de alrededor ¡la estáis malcriando! jajajaja pero nada más lejos de la realidad y lo que siempre se ha dicho a palabras necias oídos sordos.
Cuando ella quiera, con quién quiera y donde quiera como tú bien has explicado, y si, me temo que a los 18 estará con un tío buenorro en su cama … aunque prefiero no pensarlo :P jajajaja.
Un besazo enormeeeee y a dormir felices :)
Yo tampoco veia la hora. Lo gracioso es girarte en tu cama por las noches y encontrarte a veces a tu marido, otras a tu hija, entra tan sigilosa que a veces ni me doy cuenta que se ha metido en nuestra cama.
Hola, acabo de encontrar tu blog. Me ha encantado tu entrada, nosotros ya teníamos claro que queríamos colechar, por lo qué optamos por cuna de colecho para estar más cómodos. Aún así una de las abuelas se emperró en comprar la cuna, ahora sirve de zona de juegos cuando estoy limpiando para que Vikingo no me pise todo el piso. De momento no nos planteamos que se vaya a su habitación, él encantado y nosotros también. Te sigo!
Je, je ,je armario, escritorio, parque de juegos, seguro que le damos más usos a la cuna que el dormir. Muchas gracias por seguirme y comentar el post. Ahora mismo me paso a echarle un vistazo a tu blog que pinta muy bien.
Muchas gracias guapa por nombrarme. Ya sabes que para mi fue un placer ayudarte en la medida de mis posibilidades. Es un gustazo saber que el sueño de tu peque en casa ha mejorado tanto!!
Gracias a ti, el placer fue mio. Me diste muy buenos consejos. Mucha suerte en tu nuevo proyecto.
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